Todos los individuos y las organizaciones (públicas y privadas) tienen un impacto con su accionar en la sociedad y el ambiente.
El cambio climático, es un fenómeno que crece a pasos agigantados con las consecuencias que ya todos comenzamos a experimentar: grandes sequías, inundaciones, terremotos, tsunamis, etcétera. Ello se debe, ni más ni menos que, a la mano del hombre.
Por eso, algunas personas, instituciones y empresas comenzaron a tomar conciencia y a implementar estrategias que buscan mitigar y aliviar este impacto negativo.
Como toda planificación, estas acciones conllevan el establecimiento de metas, objetivos, actividades y resultados. Estos últimos deberán ser medidos para determinar si fueron alcanzados y en qué porcentaje. Pero, es importante destacar que la medición del impacto social y ambiental debería llevarse a cabo con la misma rigurosidad con que desarrollamos e informamos los reportes económicos y financieros.
Las iniciativas de responsabilidad social corporativa implementadas por muchas empresas tienen como objetivo movilizar a este sector, así como al resto de actores a comprometerse con 10 Principios Universales de las Naciones Unidas y, en consecuencia, embarcarse en el propósito de contribuir a dar solución a los más grandes desafíos del planeta y la humanidad de aquí al 2030: los ODS.
A partir de esta realidad es que GBM emerge con el propósito de unir el mundo de las finanzas, la tecnología aplicada y el cuidado del medio ambiente.
Sobre este fundamento (fintech y el medio ambiente) nace un innovador y disruptivo concepto: ECO FINTECH.
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